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Reseña
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Que no te de pereza ir, porque bien vale la distancia. Tienen dos salones grandes en dónde puedes disfrutar sin problemas de la comida. En nuestro caso nos decantamos por unas croquetas de rabo de toro ración) y unos torreznos como entrantes. Las croquetas estaban de muerte, te las sirven con un cuenquito de mahonesa, personalmente para mi gusto le sobra. Primero porque tienen un sabor riquísimo que se mitigaría con la mahonesa, y segundo porque era mahonesa de bote y no casera con lo que dejaría ese regusto de bote En cuanto a los torreznos, la mayoría de la gente no le da importancia a la fritura de los mismos, y es fundamental una buena frutura para que resalte el sabor del torrezno y no del aceite. Estaban maravillosos. En cuanto a la carta de arroces, es bastante difícil decidirse, tienen una carta variada que hace realmente complicado saber qué elegir. Terminamos eligiendo la campera seca (conejo, pollo y verduras) para dos, aunque eramos tres había que tener en cuenta los entrantes. Lo resumo, impresionante. Nos obligamos aprobar los postes, una tarta de queso y otras dos de turrón, si bien es cierto que estaban bien, no estaban a la misma altura que el resto de la comida, el sabor de las tartas era bastante pobre, resultando un poco insípida la tarta de turrón. Una característica más que reseñable, es el trato del personal, cercano y siempre dispuesto a ayudarte. En resumidas cuentas repetiremos para ir probando los distintos arroces