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Reseña
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Fuimos a comer con mis tres hijos pequeños, mi esposa y yo, y tengo que admitir que cada vez que estemos por la zona, regresaremos. La comida es excelente. De primer plato pedimos guindillas fritas y hongos con huevo a baja temperatura. De segundo, compartimos besugo para dos y una chuleta para tres. De postre, pedimos torrija y sorbete de limón (según mi esposa, el mejor que ha probado en su vida, ¡y ha probado muchos!). Todo estaba muy rico, bien preparado y mejor servido. El restaurante está decorado con mucho gusto, es espacioso y tiene magníficas vistas. Es amigable para niños: fueron muy atentos y cariñosos con los pequeños. En cuanto al estacionamiento, cuenta con aparcamiento propio.