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Reseña
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Dado que nuestro restaurante habitual estaba cerrado, fuimos a este, la decoración era bastante promedio pero típica y no era molesta en absoluto ya que no queríamos ir a una cadena de brasseries. El jamón ibérico estaba realmente muy bueno, sin embargo, las sole meunière no estaban cocidas y nadaban en jugo de ¿mantequilla? ¿agua? ¿maicena? u otra cosa, pedimos un chateaubriand de ternera rosado y llegó cocido. El acompañamiento anunciado eran papas fritas caseras pero en realidad era media papa asada y una cucharada de judías verdes frías... un vino tinto en jarra... mejor evitarlo. Casi al final de la comida, el propietario vino a preguntarnos si todo estaba bien... ¡claro que no! Tengan...