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Reseña
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Este encantador restaurante local, situado a la sombra del Monte Teide, sirve comida deliciosa y sencilla en abundancia. Fuimos a este restaurante en una tranquila noche de lunes y aún así recibimos una cálida bienvenida de los propietarios. Esperamos la comida viendo la puesta de sol sobre el mar. Pedimos la parrillada de carne en la mesa y para cuando la comida estuvo lista, teníamos mucha hambre, lo cual fue bueno ya que las porciones, que incluían una variedad de chuletas de cerdo y embutidos locales, eran increíblemente generosas. Para terminar la comida, el encantador propietario Luis nos trajo unos chupitos de licor local, un final perfecto para una comida maravillosa.