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Reseña
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Llegamos al restaurante y fuimos recibidos por el joven camarero, pedimos una mesa para dos afuera ya que podíamos ver muchas mesas disponibles, él dijo que eran para grupos de cuatro o más y que tendríamos que sentarnos adentro. Dijimos que preferiríamos sentarnos afuera, especialmente porque había tantas mesas vacías. Él dijo que no, que si no queríamos comer adentro, no podríamos comer allí, así que nos fuimos. Como residente de Catral, estoy sorprendido por el servicio que recibí dada las pérdidas financieras que ha sufrido la industria del ocio. Lamentablemente, no volveré, aunque trate de apoyar a los negocios locales.