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Reseña
★
La primera y la última... Noche de sábado, todo lleno en el paseo de Canet, al final decidimos probar en este lugar que tenía mesa libre. La atención fue pésima, aún estamos esperando el pan después de haberlo reclamado varias veces. Se llevaron las navajas porque olían mal, los pescaditos parecían fritos una y otra vez... estaban secos, ni puntillas, ni zamburiñas, ni nada; salvo las clochinas, todo lo demás estaba en mal estado. Para colmo, uno de los camareros derramó un plato con sobras sobre una persona, manchándole la blusa y el pantalón, y como reacción sólo le trajeron un par de servilletas de papel y una disculpa. Aparte de esto, es carísimo... Para compensar todo el desastre, no no...