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Reseña
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Caminaba por la calle en San Sebastián y acababa de comprar un pastel en una panadería. Luego pasé por este café y tuve ganas de tomar un té, así que entré, compré el té y dejé una propina en el tarro de propinas. Estaba a punto de beber mi bebida cuando la mujer detrás de la barra levantó la voz desde el otro lado de la habitación e indicó "está prohibido comer comida de fuera aquí", señalando la bolsa de la panadería que había colocado en la mesa. No importa que no estuviera comiendo de la bolsa. O que otro cliente también tuviera una bolsa de la misma panadería en su mesa, sin hacer comentarios. Si hubiera sabido que iba a entrar en este lugar para tomar té y que también vendían pasteles,...