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Reseña
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Fuimos atendidos por un hombre mayor, canoso. No nos dio la oportunidad de pedir, ya que no miraba ni escuchaba. Después de pedir albóndigas y empanadas porque la mayoría de los platos de la carta no estaban disponibles, según él), a los 20 minutos nos dijo, de muy malas formas, que no había. No sabíamos de esto en ese momento y, después de esperar un rato, expresamos nuestra queja por el servicio recibido. Entonces, sorprendentemente, el camarero trajo un plato de albóndigas diciendo que se habían quedado en la olla y que los cocineros no se habían dado cuenta, lo cual nos pareció aún peor. Para colmo, vimos a una pareja recién sentada con un plato de ensaladilla, que supuestamente estaba a...