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Reseña
★
Me detuve a tomar un café (que fue de mala calidad y muy aguado), le di al camarero un billete de cinco euros que no me devolvió el cambio, fui a preguntarle por el cambio al camarero, quien luego me presentó la cuenta por 4,50 euros enumerada como "extras varios" ¡y asumió que el resto era propina! Como hispanohablante que vive en la isla, sé que a la gente local en otras mesas se les cobraba un precio más razonable de 1,20 euros por el mismo café. Creo que al camarero le sorprendió que 'un turista' entendiera español y lo que había sucedido. ¡Nunca volveré a visitar este lugar!