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Reseña
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Reservamos en este restaurante porque nos quedamos relativamente cerca de casa y nos gustaba disfrutar de mariscos sin moverse a la playa. Nos extrañaba encontrar el lugar vacío siendo una marisquería un domingo al mediodía. Cuando entramos, empezamos a entender por qué: el lugar era viejo y había una falta de higiene. Pedimos algo clásico: chipirones, camarones a la barbilla, pulpo a la gallega y boquerones; acompañado de sangría. Así que, excepto los camarones en la barbilla, el resto no sabía bien, parecía un producto desenfrenado. los camarones, sí, contaba: sólo quedaban 8 camarones con habilidad para ocupar más espacio en la cacerola. (ver foto) la sangría tenía una gota como canela y...