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Reseña
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Dejar claro a los dueños de Casa Marisa que la comida y el lugar nos ha encantado. Las estrellas son por el trato surrealista y maleducado de una de sus camareras, Mar, la cual nos trató con desprecio toda la comida, comentarios fuera de lugar y quejándose de todo porque era Domingo en el último turno y estaba cansada. Nunca en mi vida me había pasado que al preguntar en un restaurante si con lo que habíamos pedido creían que era suficiente, que me contesten literalmente: “Yo no estoy metida en tu estómago ni el de nadie”, con mala cara y mirando a la libreta. Una pena que un lugar así de agradable tenga a gente tan maleducada atendiendo.