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Reseña
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Estuvimos toda mi familia hace unos años y fueron mis hijos quien pidieron volver. Tranquilidad y buenos alimentos definen nuestra estancia. El restaurante es una maravilla y los precios en relación con la calidad son muy ajustados . Las habitaciones son rústicas , silenciosas y hay que entender que están en un entorno natural. El ambiente es muy tranquilo, la zona del bar y terraza una maravilla, venir de una buena marcha o visita , darte una ducha bajar a la terraza exterior, tomarte una cerveza y luego cenar extraordinariamente....que más se puede pedir en unas vacaciones. María, atenta, y encantadora , te asesora en la elección de platos y te lo pone fácil con los niños. Se portó muy bie...