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Reseña
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Con este sitio ocurre que es el típico que quieres presumir de estar en él, que quieres que al dueño le vaya todo genial y, a la vez, no quieres que se sature de turistas, de “just looking”, que lo denominaba él. Está a la entrada de Masca, un pueblo al que hay que pelear para llegar por esa carretera tan angosta. Sirven un menú único formado por embutidos de la tierra, unas papas con un mojo espectacular y un pollo con una salsa que todavía estaría comiéndolo. El carácter del duro hace del sitio todavía mejor. Tiene unas vistas inmejorable. Lástima que hiciera algo de calima e impidiese ver LaGomera, como él aseguraba. Es un sitio al que merece la pena ir solo por conocer aquello.