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Reseña
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Una experiencia. Buena comida, servida en la taberna, por un espectacular camarero, Rubén, que nos aconsejó en los platos que comimos, puerros asados con queso parmesano y salsa verde, carne tonta con aceite de trufa negra y queso y un delicioso pastel de manzana recién horneado, con helado y terminar con una infusión de té Roibos con naranja y delicioso canela, cortesía de la casa. Oh y un exquisito vermut rojo. Todo por un precio que es más que asequible para un lugar de ese nivel. Sin duda, si podemos, volveremos. Sólo necesitaba que Samantha hubiera estado allí, para poder conocerla.