Lugar perfecto para ir con niños, zona peatonal, gran terraza e interior con elementos intactos de su pasado histórico, suelo hidráulico original y espejo y piano de época de los ingleses en zonas mineras. Pero lo mejor de todo es su atención, siempre agradable y con una sonrisa que invita a quedarse, y su comida inmejorable, una relación calidad-precio total.
Buen lugar para comer. Estamos muy satisfechos con el trato, el servicio y la relación calidad/precio de la comida. Es un sitio recomendable. Los camareros y el dueño son muy amables.