"Recolectar cerezas de los árboles, refrescarlas en fuentes cercanas y luego comerlas es uno de los mayores placeres gastronómicos naturales. El árbol y la fruta son hermosos, fáciles de cosechar y extraordinarios en su sabor. Todas las laderas del valle del suéter están sembradas con estos árboles, que son tan bellos en la época de floración como en la cosecha de cerezas."
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