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Reseña
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Dentro de la gastronomía muy variada que existe en nuestro país siempre se clasifican los restaurantes, tascas o chiringuitos en dos grupos: a los que volveré y a los que no. Este definitivamente pertenece al segundo grupo. La variedad es baja, muy baja, al igual que el servicio paupérrimo. Después de más de una hora y media esperando un simple huevo estrellado (como digo, no hay mucho más para elegir), he decidido irme sin comer y devolver el dinero. Sí, se paga por adelantado. Lo hacen bien, porque más de uno se iría sin pagar. De esos lugares que son inexplicables en su fama, quizás se salva el ambiente de la playa y que no hay competencia. En cualquier otro lugar durarían dos días.