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Reseña
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Nos topamos con este restaurante escondido en el camino hacia las montañas, ya que está alejado de la carretera en una encantadora zona de asientos. En el camino de regreso de la montaña decidimos parar a comer y no nos decepcionó. El propietario fue muy servicial y hablaba solo un poco de inglés, por lo que nos describió cuáles eran algunos de sus mejores platos. La comida fue excelente y fue agradable probar la auténtica cocina española. Yo pedí albóndigas en salsa de mostaza cremosa, mi esposo tuvo migas y cuscús con un pimiento gigante. Nuestra hija pidió pollo y al cortarlo vimos que no estaba cocido por completo, así que lo devolvimos y la esposa del dueño salió con más pollo cocido y...