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Reseña
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Si pretendes tener a 15 chavales en las fiestas del pueblo 3 horas en la mesa, esperando 20 minutos entre plato y plato, y que la cosa salga bien. No te aseguro que funcione. Algo así fue lo que pasó, reservamos a las 11 y nos sentaron a las 11. A partir de ahí cada interacción con los camareros que llevara menos de 20 minutos sería imposible, desde la bebida hasta la cuenta. Para muestra, una de las 3/4 mesas de la misma magnitud de personas que estaba comiendo, se fue sin cenar. Confío en que fuera un problema puntual, porque se veía todo un poco fuera de control y los camareros, aunque podrían haber actuado mejor, no lo hicieron del todo mal. Eso sí, hay demasiados buenos restaurantes en...