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Reseña
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No es que fuese uno de los mejores días de Euskadi para salir a comer, lluvia, niebla, día oscuro y triste, nunca había estado comiendo aquí, sí que frecuentemente paso por al lado en mis recorridos de bici. La primera sorpresa es la terraza acristalada (y bien calefactada que tienen, limpia, ordenada, las mesas bien dispuestas para poder comer tranquilo y con bastante intimidad, buenas sillas, buena mantelería y cubertería. En cuanto a la comida, otra sorpresa más, buenos entrantes, en nuestro caso jamón (pan con aceite y tomate , morcilla (pimientos rojos y puré de patatas , revuelto de setas y rabas (aquí mi único punto negativo, si mejorasen las rabas, el menú sería perfecto . Como plato...