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Reseña
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Encontramos esta taberna-restaurante en el puerto, y recomiendo hacer una reserva con antelación. Tiene vistas al puerto, pero lo mejor, sin duda, es la calidad del pescado. Son tan grandes que se sirven para compartir. Entre cuatro personas pedimos medio lubina y media dorada de un tamaño impresionante. A la parrilla, solo con aceite y sal, acompañado de guarnición... muy fresca, el mejor pescado que hemos comido en nuestras vidas. El precio es bastante alto, digamos que está bien para darse un capricho.