El Figón de Recoletos

Hemos tenido una experiencia que terminó satisfactoriamente pero que no empezó bien. Reservamos en el segundo turno de comidas y nos citaron a las 15.30h. Esperamos media hora (de haberlo sabido, no hubiéramos reservado) y vimos cómo no estaban organizados los turnos. Pasaron cuatro grupos (que estaban antes que nosotros) pero luego pasó otro grupo más que llegó después pese a que cuando llegamos ya nos tenían fichados. Cuando pedimos explicaciones y mostramos disconformidad se solucionó e hicieron lo posible por acelerar la preparación de la mesa. Hubo enmienda. Pero es algo que se debe cuidar. Quitando esto, la comida excelente y el servicio agradable (con especial mención a una mujer joven y risueña). El jefe de sala, con quien tuvimos el problema, se disculpó y lo agradecimos. Tuvieron detalles finales que hicieron de una experiencia deficiente a otra agradable. Salimos bien y satisfechos. El ejemplo de que se pueden hacer mal las cosas y luego enmendarlas. Agradecido. Lo recomendamos.

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Comimos como hacía tiempo que no comía, revuelto de ajetes como entrante ,nada más, pues nos esperaban dos cuartos de lechazo. Le sugiero al sumiller un Reserva tinto de Matarromera, vino de nuestra tierra de la Ribera del Duero, fue una extraordinaria ocasión para un gran maridaje, tras probar el mejor lechazo que he comido en muchos tiempo. Los torreznos de Soria, correctos, con una adecuada elevación de la corteza, crujiente, pero fríos unica pega que puedo poner. El personal es muy amable se les ve grandes profesionales lo que es de agradecer. Terminamos saciados aún así, no pudimos resistirnos a una tarta de queso exquisita y la tradicional leche frita,uy buena y equilibrado en dulzor y sabor. Muchas gracias por hacernos pasar una de las mejores comidas y tardes de 2023. Muchas gracias y sigan a este nivel, que no va a ser fácil. Un abrazo, volveré con mi familia o con quien quiera compartir, muchas gracias!. En mi nombre y el de mis hermanos y esposa.

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Restaurante típico en el centro de Valladolid, en el que se pueden comer platos de la tierra. Como hacìa mucho frío, nos decantamos por una sopa castellano que estaba buenísima, con un sabor muy intenso que nos sentó de maravilla. De segundo tomamos lechazo, que estaba espectacular. Lo menos logrado fueron los postres, que sin estar malos, no nos parecieron tampoco excepcionales.

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Impresionante!!! La comida estaba estupenda, el lechazo, el mejor q me he comido , la sopa castellana muy buena , el servicio excepcional, sin lugar a dudas, sitio obligado en Valladolid !!!!

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Lechazo de lujo. Un placer para los sentidos.

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