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Reseña
★
Fuimos con nuestros maridos e hijos a un torneo de voleibol que se celebraba en un pabellón cercano, el restaurante no parecía malo en la web, así que fuimos. En el desayuno ya notamos ciertas deficiencias y gestos que no nos gustaron, salimos diciendo algo como: ¡ohhhhh en la web! y ¡uffffff en persona! Nuestro enfado llegó cuando por la tarde/noche, después de la final, decidimos parar para tomar algo más relajados, aquello fue deprimente. Estábamos en una esquina, en la otra había un grupo de amigos que junto con una pareja (supongo que eran los propietarios) no paraban de reír, hablar, abrazarse, besarse... y nosotros, como si fuera un gran esfuerzo y un favor, suplicábamos ser atendidos...