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Reseña
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Nos topamos con este tesoro de restaurante mientras explorábamos Peñíscola en nuestro último día allí. Así que decidimos tener nuestra última cena en Peñíscola en el restaurante Hacienda Cabeza de Toro y resultó ser una experiencia encantadora. Fuimos tratados con una noche de servicio personalizado por nuestro chef, Martín. Picó, cortó y luego nos mostró todas las verduras antes de prepararlas. Mientras preparaba nuestra comida, cantaba, hablaba y nos reía hasta llevarnos a una maravillosa experiencia culinaria. El menú es sencillo, pero lo que le falta en opciones, lo compensa con una fantástica y sabrosa cocina. Luego nos sirvió nuestra comida de fajitas de pollo y carne recién preparadas...