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Reseña
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Un pequeño café, que en los meses de verano depende del uso de toda la calle para complementar su llegada, este salón 44 (sí, cuarenta y cuatro aromas diferentes de helado), fundado alrededor de la esquina antes de la segunda guerra mundial, ofrece al propietario actual, hijo o posiblemente nieto del fundador, una amplia gama de aromas en pequeños vasos y conos hasta grandes vestidos con cuatro o cinco aromas, acompañados de todos los objetos comestibles habituales. Otro punto a favor es que cuando se compra un vaso o un cono, es tan duro como puede ser. Es una excelente relación calidad-precio. José, el propietario, permanece abierto todo el año y ofrece vino, bebidas calientes y zumo de na...