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Reseña
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Me pareció un restaurante tranquilo y estratégico, cerca de todos los lugares importantes del Casco Viejo, como la catedral, la oficina de turismo, el Museo de Tudela, el Museo Muñoz Sola... Pedí unas carrilleras, nunca las había probado, estaban deliciosas, así que cada vez que paso por la zona, siempre hago una parada en este restaurante familiar. La decoración es sencilla pero agradable, con cuadros al óleo de un buen pintor y temas de Tudela. Lo recomiendo.