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Reseña
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Hace 10 años que no paraba en este bar y sigue siendo del mismo dueño. Debo decir que la cocina no ha cambiado nada, y con esto quiero decir que sigue siendo de 10. La comida es muy buena, la camarera muy atenta y la cantidad en el plato es generosa. Pedí costillas con salsa barbacoa y la carne se deshacía, no se pegaba al hueso, ¡estaba buenísimo! La bomba de pollo también es una delicia que no se puede describir, ¡hay que probarla! En cuanto a los precios, la calidad y cantidad me parecen súper justos; ni caros ni baratos para lo que ofrecen. El lugar es bastante limpio y la parte visible de la cocina también se veía impecable. ¡Volveremos a ir!