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Reseña
★
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El lugar es agradable, bien decorado, con buenas vistas al casco antiguo de Pals. Uno puede ir la primera vez a un restaurante por la situación y la decoración. Pero sólo vuelve por la comida. Y la comida deja mucho que desear. Tartare de salmón sin chispa, con el aguacate enmascarando el pescado. Cheese Burger reseca, interesante en el enunciado, decepcionante en el plato. Lobster roll sin apenas lobster y mucho relleno. Servicio muy lento. El polvo del aparcamiento contiguo se percibe en el mobiliario. La música es innecesaria, acaba resultando molesta. En resumen, una turistada con pretensiones. Después del chasco de los platos no tomamos ni postre ni café.