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Reseña
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la sala tradicional de pescadores es un verdadero placer, no sólo para la vista, ya que el ambiente tiene una dudosa belleza, pero también para el paladar para ser visto a cualquiera de las tabernas con las que cuenta el vecindario y para contemplar los mostradores llenos de los pinos es una verdadera tentación y es un hábito muy recomendable hacer el hambre antes de probar una buena carne o un fantástico pescado pero amigo, la calidad de los dioses de acero crudo es tal placer y después de estas entradas, el guiso, el súmmum, el clímax, un verdadero lujo, enorme, fresco, vivo, cocinado sin grandes artificios pero delicioso, inolvidable. el besugo y el rap también tuvieron una gran mirada, de nuevo será de vinos y postres y el menú es un poco escaso pero no importa, se perdona el restaurante del resbalón, los postres son caseros, flancos, tartas finas y