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Reseña
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Lugar tranquilo y acogedor, con aparcamiento cercano. Todos los platos que pedimos fueron exquisitos, con un sabor y un tratamiento del producto sin igual. El trato es excepcional, te sientes como en casa. Incluso pusieron un tazón con agua para nuestro perro pequeño. Cuentan con pantalones y acceso para sillas de ruedas y sillones. Una estrella se pierde porque el menú era un poco confuso y difícil de entender. Aconsejo al restaurante que utilice un solo color y tipografía para todo el menú, separando bien los platos con espacios y formatos claros. Por otro lado, echamos de menos los postres caseros; solo había pastel helado. A pesar de esto, todo fue un lujo, y esperamos volver algún día p...