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Reseña
★
Nos sentamos a comer en una de las mesas de la terraza que nos indicaron en La posada del arroz de Torrent. Pedimos entrantes: ensaladilla de gambas, cuatro croquetas de jamón ibérico, dos buñuelos de bacalao y pan, aparte de la bebida. Cuando pedí el pan, el camarero me preguntó si íbamos a pedir algún arroz, carne o pescado más. Le dijimos que, en esa ocasión, no estábamos para comer más cantidad. El camarero nos dijo que, en ese caso, no nos podían atender, y añadió con un gesto-tono bastante desagradable: esto no es un bar de tapas, es un restaurante Añadió que en las cocinas le tumbarían lo que habíamos pedido. La verdad es que me quedé impactada, nos levantamos y nos fuimos sin decirle...