La Puerta Falsa - Reservar una mesa

Es un lugar con historia, así que eso le da un valor importante al local, es un lugar muy chico, cuando digo muy chico de verdad créanlo, así que vayan con eso en mente para no sorprenderse, solo hay dos platillos, por decirlo así, principales para el almuerzo (aunque hay varias cosas para pedir y probar) el tamal y la sopa de papa (tiene un nombre específico el cuál no me acorde al momento de escribir la reseña) vale la pena probar el chocolate caliente con agua.... te lo dan con queso y lo metes al chocolate para que lo espese y se derrita. Si estás en el centro y te da hambre tómalo en cuenta si quieres probar estos platillos que al parecer son muy bogotanos.

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El lugar es pequeñito, pero muy acogedor, guarda la estructura de la época en que fue construido lo que lo hace muy interesante, el ajiaco espesito, grande, con mucho pollo, pero EXTREMADAMENTE SALADO, la verdad ese fue el punto negro de la visita... los jugos naturales son algo costosos y no son preparados al instante, por lo que no son tan apetecibles. El chocolate es especito y huele muy rico... los tamales son grandes, por lo que justifican el precio que tienen. Vale la pena hacer la fila, y sentirse en la Bogotá de hace 200 años.

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Aunque el lugar no es muy grande, pero vale la pena esperar para acomodar en un espacio. Cuando estas en bogotá, se habla mucho de este lugar. Pienso que es un espacio al que todo turista debe de ir siempre que vaya a Bogotá. Imperdible no ir. Recomendado.

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Cuando se habla de hacer fila en la calle para entrar es verdad. el local es muy pequeño, ya que Bogotá no era una metropoli como ahora, pero vale la pena. Solo son dos platos: Tamales o Ajiaco. Rico pasar y probar pero no es para ir a sentirse cómodo.

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El ajiaco estaba delicioso, uno de los mejores. Lo único es que el lugar es pequeño y se siente estrecho; pero eso se olvida con la comida. Los tamales también están deliciosos muchos de los comensales me los recomendaban.

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Este es un clásico bogotano. Es un muy buen sitio para probar tamal con chocolate y almojábanas. Este establecimiento tiene 200 años de historia y es una muy buena opción cuando se visita el centro histórico de Bogotá

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El lugar es pequeño pero acogedor lo importante es que la comida es muy rica recomendación el ajiaco y el postre el divorcio y la amabilidad de los camareros recomendados

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Delicioso lugar excelente para compartir en pareja o con familia, excelentes precios y el retrato del viejo Bogotá.

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Lugar para llevar a un turista a probar un buen ajiaco aunque me parece un poco costoso la comida es muy rica

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Excelente lugar para comer comida típica de Bogota ! Buenos precios y buen servicio

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