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Reseña
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Los pinchos son cutres y caros. El servicio es aceptable, nada que reseñar en ese aspecto. El ambiente, deja que desear porque vienen los padres y sueltan a los niños en manada, porque como está en una plaza sin tráfico, no hay peligro. Pero no les importa nada que estén molestando a todos los clientes corriendo alrededor, gritando, escupiéndose o chocando contigo porque mientras ellos estén divirtiéndose, los demás no importamos. Aparte, el bar cobra 50 céntimos extra por cada pincho que pidas sin bebida, como forma de forzarte a consumir más aunque solo quieras algo más de picar, porque como ya he dicho, lo que sirven es poco y nada interesante. Lo único que vale es la localización, que es...