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Reseña
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¡Los dueños de este local son unos sinvergüenzas maleducados y amargados! Al llegar, nadie nos atendió y el lugar estaba medio vacío, así que decidimos sentarnos en una mesa, ya que había varias libres. Después de un rato, un camarero nos atendió amablemente y pedimos unas bebidas. Mientras esperábamos para pedir la comida, apareció la dueña y nos dijo que, como no habíamos pedido permiso para sentarnos, no nos servirían ni comida ni bebida y que teníamos que irnos. Nos quedamos asombrados con su actitud; jamás había estado en una situación tan desagradable y con una dueña de restaurante tan maleducada, amarga y repugnante. ¡Qué asco para esta gente y este local! Este pueblo es tan bonito, p...