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Reseña
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Llegamos temprano (típicamente ingleses) y fuimos recibidos por el chef, quien nos ofreció una copa de vino, se disculpó porque no podía cocinar para nosotros hasta que llegara el resto del personal, y luego nos entretuvo durante el resto de la noche. Carlos habla muy bien inglés y le gusta practicarlo. Su estilo de cocina está lejos de la comida estándar de bar que habíamos experimentado en otros lugares. Como estábamos en el menú fijo, no había elección, pero nos preguntó de antemano si había algo que no nos gustara o no pudiéramos comer (¡muchas risas porque mi esposo es alérgico a los plátanos!). Nuestra entrada fue un queso local horneado servido con una ensalada de tomate. Absolutament...