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Reseña
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Es la primera vez que llegamos a la ciudad, nos encontramos con esta posada que está a la entrada de la ciudad. Tiene aparcamiento y un cuadrado justo delante para que los más pequeños puedan jugar. El servicio es genial, la camarera Jenni es muy amable y amable. La comida es increíble, destacando la chuleta a la parrilla, la ensalada rusa y el pastel de queso, gran valor para el dinero. Platos muy grandes con sabor exquisito, cada boca se derrite en la boca. Accesibilidad para silla de ruedas: Acceso al restaurante con rampa. Amplio baño con barras de agarre en ambos lados.