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Reseña
★
1 estrella (y solo porque no se puede poner menos) Una experiencia gourmet de pesadilla. Llegué a esta supuesta cafetería a las 8:45 con la inocente intención de desayunar churros con chocolate mientras esperaba. Gran error. Los churros parecían un experimento fallido: crudos por dentro, como si los hubieran frito rápido en aceite tibio. El chocolate, lejos de estar líquido, era un bloque sólido, un pudding que desafiaba toda lógica. Intenté atravesarlo con la cuchara, pero fue imposible. A las 9:01, después de probar solo tres de los ocho churros por miedo a una indigestión, pedí la cuenta. Ahí comenzó el espectáculo. El camarero, que más parecía estar audicionando para “El Cliente Siempre...