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Reseña
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Ven a cenar aquí esta noche. Ubicación espectacular. Nos sentamos afuera y, aunque un poco frío, es un lugar genial para comer con vistas a la isla de Cabrera. Nos ofrecieron mantas, lo cual fue agradable. El servicio fue bastante lento, pero la única camarera era realmente muy agradable y, aunque ninguno de los dos hablaba un idioma que el otro entendiera (ella era mejor que yo), logramos comunicarnos. Pedimos el menú de tres platos de la noche y una botella de vino de precio modesto que ascendió a 80 euros, incluida la propina. La comida estaba excelente. Es un lugar muy difícil de encontrar, pero vale la pena el esfuerzo, incluso si es un poco caro. Lo recomendaría.