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Reseña
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Esta parecía ser una experiencia muy genuina en las afueras un tanto adormiladas de Álora; nadie en el personal hablaba inglés, el menú era una nota escrita a mano con seis proteínas que logramos descifrar con la ayuda de un español olvidado y un poco de mímica por parte del camarero, y al final pedimos una de cada una para compartir. La comida era sencilla, proteína más ensalada y/o papas, pero sobre todo los platos de pescado y marisco estaban buenos. La carne estaba algo pasada y el solomillo definitivamente no lo estaba. Después de cierta confusión conseguimos agua y vino para acompañar. ¡Los precios eran súper razonables!