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Reseña
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No cenamos mal, pero nada del otro mundo. No creo que volvamos. Caro para lo que es. Las tapas son pequeñas, pedimos calamares y el rebozado estaba sin terminar de cocer, los mejillones rotos y pasados de cocción, luego los hervieron y les añadieron la salsa. Lo único bueno que repetiría son las bravas. Te cobran hasta por el pan. ¡Y comer sin platos! Aunque compartas tapas, no cuesta nada tener platos. Había bastante personal, alrededor de 7 u 8 personas trabajando, algunos de ellos sin mascarilla. A mitad de la cena se fue la luz y estuvieron probando, media hora después volvieron con velas para poder ver algo. Ni una disculpa, justificación, palabra amable... nada. Dejaron todo a oscuras...