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Reseña
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Encontramos este restaurante que estaba bastante cerca de nuestro hotel a través de opiniones en Trip Advisor. No es visible desde la carretera y como una de sus reseñas decía, hay que subir unas escaleras y llamar a un timbre. Consta de cuatro salones para que los invitados estén distribuidos y se sientan bastante privados. El menú es extenso, variado y muy original. La tarta de cebolla, el flan de champiñones y los frutos del bosque los recomendamos mucho como entradas, como plato principal tuvimos cordero y bistec, ambos deliciosos, y de postre había una tarta Tatin y un pastel de chocolate, ambos estupendos. Fuimos dos veces y habríamos ido una tercera vez si hubieran estado abiertos por...