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Reseña
★
Las pizzas, cuando no te tocan quemadas, no están mal. Ahora, como te toque y tengas a bien indicárselo a la dueña, prepárate. En lugar de reaccionar como una persona normal, la señora se pone histérica. Es una maleducada y malencarada de mucho cuidado. Ojo! Que si la coges en un mal día te la encuentras igual. Como esos malos días suelen ser prácricamente todos, nosotros ya hemos dejado de ir allí. No valen la pena las pizzas si tienes que aguantar a una persona así, que parece que es la única que trabaja en España. ¡Señora, que no está usted picando piedra, que solo hace pizzas!