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Reseña
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Venimos por la calidad del pollo y la comida pero el servicio deja mucho que desear. La cola es inexistente y tienes que hacer turno para esperar, incluso si ya tienes reservada tu comida. Llega cualquier amigo del dueño y, pasándose la cola por el forro, le dice al dueño lo que quiere y este, sin más, corre para dárselo. No hay nada como tener contactos en esta vida... no haces cola y siempre obtienes lo que quieres. Lo peor es que el último de la fila, cuando llega, si no tiene pollo reservado, se queda sin comida. El Sr. Juan, que ha venido y ha triunfado, también se queda sin comida. Eso es quedar como un Sr...