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Reseña
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Me sorprendió un detalle que vi en una de las mesas, donde había una chica con un bebé y un hombre comiendo de la manera más natural. Esta chica, que parece ser la dueña del restaurante, se levantó varias veces para llevar platos a otras mesas. El restaurante no estaba lleno, y ya había dos camareras atendiendo de una manera tranquila y eficiente.
Sin embargo, es importante mencionar que si comes como cualquier otro cliente, puedes disfrutar de la comida, pero no se permite levantarte para comer, tomarte un sorbo de cerveza y servirte un segundo plato. Si llevas un bebé, es posible que recibas miradas poco amigables, algo que no debería suceder en un restaurante como Saona. Por otro lado,...