Una vista excepcional y un excelente servicio proporcionado por una joven inglesa muy sonriente y profesional. El camarero/gerente fue muy ruidoso y hablaba en voz alta con los buenos clientes, lo que hizo que no pudiéramos oír nuestra conversación. La entrega de la comida fue lenta. Así que el servicio es de primera, al igual que la vista.
Nuestra primera vez, pero no será la última. Hemos tenido mucha comida deliciosa y una buena atención. Nos han asesorado perfectamente. El lugar es tranquilo, con bonitas vistas y una buena cocina; no podemos pedir más.