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Reseña
★
Pedimos 2 batidos. Sólo vainilla o chocolate disponibles. Nos dijeron en perfecto inglés que debíamos pedir en español. Dijimos perdón, la leche de los batidos está tibia. El jefe dijo que vivimos en un clima de 34 grados (ese día hacía 26 grados). Dije pero ¿seguro que tienes frigoríficos? ¡Te traeré un poco de hielo, dijo! Los llamados batidos calientes no tenían helado. ¡El precio completo se cobra a 4,30 euros cada uno! Actitud vergonzosa, supongo, del propietario. Nunca volveré allí de nuevo. Debimos haber elegido el peor bar de la hermosa St. Elm, que sirve batidos de larga duración sin enfriar y sin helado, con mucha mala educación.