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Reseña
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Después de llegar a Pontedeume y instalarnos en nuestra pensión, salimos a tomar algo. El Montadictos es uno de esos bares acogedores justo al otro lado de la calle del río donde el peregrino cansado puede relajarse con una cerveza y repasar el día de senderismo. Como estaba un poco lluvioso, entramos donde disfrutamos de un par de cervezas junto con tapas de cortesía. En un día más cálido y soleado, sin duda nos habríamos sentado afuera y disfrutado tanto de la vista como de los transeúntes. Dado que los restaurantes abren tarde en España, este fue un gran bar para tomar algo antes de salir a cenar mariscos gallegos. Interior cálido y confortable con un personal acogedor.