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Reseña
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Restaurante pequeño con pocas mesas. Cada mesa posee una lámpara que crea un ambiente íntimo. La comida es muy buena y las porciones son suficientes para salir satisfecho. Los precios son altos, ya que nada que pidas va a costar menos de 40 euros. Lo malo del lugar es que la atención es excesivamente lenta. Te sientas y tardan casi 15 minutos en atenderte, y entre cada plato, el tiempo de espera es similar; muy mal gestionado en este aspecto. Por esta razón, hay que esperar para conseguir mesa. Como mencioné, la comida es excelente y vale la pena probarlo, pero no repetiremos, ya que no me gusta tardar 3 horas para una cena, ni tampoco me agrada que me cobren precios de la península en Canar...