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Reseña
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Un sitio que no conocíamos y al que fuimos por casualidad, ya que pasamos por delante y nos gustó su aspecto, tuvimos que preguntar si era tenía restaurante o era sólo para tomar algo. Tiene una terraza muy amplia y alguna mesa en el bar. Tiene dos comedores en el primer y segundo piso, muy elegantes y tranquilos. Pedimos para compartir, unas zamburiñas, que estaban buenas, el único pero de la noche, fue que de las diez que traía la ración, dos eran diminutas, como garbanzos. Después, para una persona chipirones a la plancha, buenos, y para otra, chuleta de Angus, exquisita. El trato inmejorable. volveremos.