5 /5
Valoración media
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establecimiento situado en un entorno idílico, piedra jaca, un pequeño y maravilloso pueblo de los Pirineos oscenos. No nos hemos quedado en el albergue, pero hemos comido en el restaurante. Bonito comedor y vistas espectaculares de la terraza. el menú era: frijoles con boletus o migajas con huevo y churrasco a la brasa o magret de pato, y de postres de natillas caseras, pastel de queso de gabás, melón o helado, pan, vino y agua además de segundo también se podría pedir que se intercambien en la pansa o sombillo a la pansa que llevaban un suplemento de sabor las miga con huevo, muy bueno. muy bueno también el churrasco y el solmillo y espectacular el entrecot. Natillas y pastel de queso también muy bueno. También hay un menú que lleva costillas de ternasco a la pansa por y otro que incluye una ensalada, migajas y un pinchazo de kilos para la gente. el trato muy amable y el servicio muy rápido.